Lyrics and translation Julio Sosa - La Pena del Payador

La Pena del Payador

La tarde en el poniente su poncho recogía
Peinando entre sus flecos un copo de arrebol,
Y el hilo de la noche, que en ancas se venía,
Bordaba en seda negra los pétalos del sol.

Llorosos los yuyales doblábanse al pampero
Y el viejo 'e la carreta, picando al buey sobón,
Atrácase a la férrea rejilla del pulpero,
Haciendo para el viaje su gaucha provisión.

Balando las ovejas, se agrupa la majada,
Tirando pa' las casas en busca del corral.
Y el tero centinela, soldado de avanzada,
Vigila que el indiaje no arrée un animal.

Calandrias y zorzales, de pechos escarlatas,
Se ven en espesura del monte vivaquear
Colgando de las ramas los palios de sus flautas,
Cual músicos cansados que vienen a nochear.

De pronto, allá a lo lejos, al tranco acompasado,
Se ve asomar un flete bordeando el cañadón
Y en él a un gaucho triste de negro arrebujado,
Con porte de hombre, nervio, audacia y corazón.

Facón de plata al cinto, trabuco amartillado,
Espuelas nazarenas, sombrero echao pa' atrás.
Allá va Santos Vega, jinete en su tostado,
Pensando que la vida para él está de más.

Quién sabe qué honda pena lo abisma al peregrino,
Centauro de las pampas, invicto payador.
Que, en vano, las acacias y sauces del camino
Se inclinan para verlo sonreír en su dolor.

Mas dicen los que saben de amores escondidos
Que al gaucho le conocen su indómito valor,
Que sólo son culpables dos ojos renegridos
De aquella gran tristeza que aflige al trovador.-

The Payador's Sorrow

The afternoon in the west put away its poncho
Combing through its fringes a wisp of dawn
And the thread of the night, which came on its heels
Embroidered in black silk the petals of the sun

Weeping weeds bent down to the pampero
And the old man in the cart, prodding the lazy ox,
Pulled up to the pulpería's iron grating,
Making his gaucho provisions for the journey.

Bleating sheep, the flock gathered,
Heading for the houses in search of the corral
And the sentinel plover, a soldier of the vanguard,
Watched that the indians didn't stampede an animal

Scarlet-breasted larks and thrushes
Could be seen bivouacking in the thick of the forest
Hanging the drapes of their flutes from the branches
Like weary musicians who come to spend the night.

Suddenly, far away, at a steady pace
A nag could be seen approaching, skirting the ravine
And on it a sad gaucho wrapped in black,
With the bearing of a man, nerve, daring, and heart

Silver knife at his waist, cocked harquebus
Nazarene spurs, hat tilted back.
There goes Santos Vega, riding his roan,
Thinking that life is over for him.

Who knows what deep sorrow overwhelms the pilgrim
Centaur of the pampas, undefeated payador
That in vain the acacias and willows of the road
Bow down to see him smile in his pain.

But those who know about hidden loves say
That they know the indomitable courage of the gaucho,
That only two raven-black eyes are to blame
For that great sadness that afflicts the minstrel.-