Paroles et traduction Javier Calamaro - Pedro Navaja

Pedro Navaja

Por la esquina allá en Lugano lo vi pasar
Con el tumba'o que tienen los guapos al caminar,
Las manos siempre en los bolsillos de su gabán
Pa' que no sepan en cual de ellas lleva el puñal.

Usa sombrero de ala ancha de medio la'o
Y zapatillas por si hay problemas salir vola'o,
Lentes oscuros pa' que no sepan que está mirando
Y un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.

Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer
Ya recorrió entera por quinta vez
Y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar
Que el día está flojo y no hay clientes pa' laburar

Un auto pasa muy despacito por la avenida,
No tiene marcas pero se sabe que es policía.
Pedro Navaja, las manos siempre dentro del gabán
Mira, sonríe y el diente de oro vuelve a brillar.

Mientras camina pasa revista de esquina a esquina,
No se ve un alma, reina el silencio en la avenida,
Cuando de pronto esa mujer sale del zaguán
Y Pedro Navaja aprieta un puño dentro el gabán.

Mira pa' un lado, mira pa'l otro y no ve a nadie
Y a la carrera pero sin ruido cruza la calle
Y mientras tanto en la otra vereda va la mujer
Va lamentando que no hizo pesos con qué comer.

Mientras camina del viejo abrigo saca un revolver, esa mujer
Y va a guardarlo en su cartera pa' que no estorbe,
Un 38 Smith and Wilson del especial
Que carga encima pa' que la libre de todo mal.

Y Pedro Navaja puñal en mano le fue encima,
El diente de oro iba alumbrando toda la avenida,
Mientras reía el puñal hundía sin compasión
Cuando de pronto sonó un disparo como un cañón.

Y Pedro Navaja cayó en la calle mientras veía a esa mujer
Que revolver en mano y de muerte herida a él le decía:
"Yo que pensaba hoy no es mi día, estoy sonada
Pero Pedro Navaja, estás peor, no estás en nada

Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió,
No hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró,
Sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó,
Cachó el revolver, el puñal, dos pesos y se marchó.

Y tropezando, se fue cantando desafinao
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios,
(Dale nomás que allá en el horno nos vamo a encontrar)

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ay Dios.
(El que no corre vuela y al que duerme, lo velan)

La vida te da sorpresas.

Pedro Navaja (Razor Pete)

On the corner over there in Lugano, I saw him walk by
With the swagger that tough guys have in their stride,
Hands always in the pockets of his long coat
So you can't tell which one hides the knife inside.

He wears a wide-brimmed hat, tilted to one side
And sneakers in case he needs to make a quick escape,
Dark glasses so you can't see what he's looking at
And a gold tooth that shines when he smiles, just like that.

About three blocks from that corner, a woman
Has already walked the entire block five times
And in a doorway, she enters and takes a swig to forget
That the day is slow and there are no clients to be met.

A car passes very slowly down the avenue,
No markings, but you know it's the police crew.
Pedro Navaja, hands always inside his coat
He looks, smiles, and the gold tooth shines, a gleaming note.

As he walks, he surveys from corner to corner,
Not a soul in sight, silence reigns on the avenue,
When suddenly that woman emerges from the doorway
And Pedro Navaja clenches a fist inside his coat, they say.

He looks one way, looks the other, and sees no one,
And at a run but without a sound, he crosses the street, on the run.
And meanwhile, on the other sidewalk, the woman goes,
Lamenting that she made no money, and hunger grows.

As she walks, from her old coat she pulls out a revolver, that woman,
And goes to put it in her purse so it won't get in the way, you understand,
A .38 Smith and Wesson, a special kind,
That she carries to keep her safe from all harm, you'll find.

And Pedro Navaja, knife in hand, came at her,
The gold tooth illuminating the entire avenue, a sinister glimmer,
While he laughed, he plunged the knife without compassion,
When suddenly a shot rang out like a cannon.

And Pedro Navaja fell in the street as he saw that woman,
Who, revolver in hand and mortally wounded, said to him with her last breath:
"I thought today wasn't my day, I'm a goner
But Pedro Navaja, you're worse off, you're a total loner."

And believe me, people, although there was noise, nobody came out,
There were no onlookers, no questions, nobody cried about,
Only a drunkard stumbled upon the two bodies,
Grabbed the revolver, the knife, two pesos, and off he went, in a hurry.

And stumbling, he went singing out of tune
Life gives you surprises, surprises life gives you, oh God,
(Just keep going, we'll meet again in the oven over there)

Life gives you surprises, surprises life gives you, oh God.
(He who doesn't run flies, and he who sleeps is watched over)

Life gives you surprises.