Paroles et traduction Nacha Guevara - Amor Por El Bosque

Amor Por El Bosque

Había una vez un bosque, lleno de trastos viejos y florecillas nuevas,
Entre los que, inconscientemente alegres, corrían, volaban,
Saltaban o, simplemente, transitaban sus habitantes naturales:
Gorriones, vaquitas de sanantonio, mulitas, zorrinos,
Liebres, perdices, ranas, cotorras, picaflores, etcétera.
Las relaciones zoociológicas eran relativamente buenas.
Después de cada lluvia los hongos nacían como hongos,
Y eso daba abundante motivo a los cantos, graznidos,
Cotorreos, mugidos, rebuznos y otros medios de comunicación de masas.
Las flores eran vulgares y silvestres,
Pero por lo menos nadie las pisoteaba.
Con su samba de una sola nota las insistentes ranas llenaban la noche.
Eran verdaderamente llenadoras.
En época de relativa escasez, los animales mayores corrían la liebre;
Pero cuando la escasez era más grave
Hasta las liebres corrían la liebre.
Sin embargo, y pese a todas las dificultades
De la vida salvaje, aquel era un bosque feliz.
Naturalmente había objeciones contra la tozudez de las mulitas,
La difamación de las cotorras o la ronca sapiencia de los sapos;
Pero después de todo un picaflor tenía casi los mismos
Derechos que un yacaré, la única diferencia estaba en la dentadura.
Todos estaban autorizados a ver el cielo,
Que aparecía entre las altas ramas y,
Cuando las calandrias cantaban el himno del bosque,
Los pinos se quitaban respetuosamente las
Copas y todos los árboles lo escuchaban de pie.
Por supuesto, un bosque es un conjunto de árboles y de matas,
Pero en él todo marcha mucho mejor
Cuando se arbola que cuando se mata.
Esto no pareció importarle demasiado a un señorito
Ceñudo y sañudo que apareció en el bosque una mañana gris.
De entrada, miró con resentimiento a arbustos y alimañas.
Como anticipo,
Pisoteó un escarabajo y le arrancó
Lentamente las alas a una mariposa.
Al día siguiente vino con otros hombres igualmente ceñudos y
Sañudos, acompañados de extraños
Instrumentos, herramientas y maquinarias.
Durante dos o tres semanas,
Indiferente a las más hondas
Aspiraciones de la flora y de la fauna, taló y taló.
No dejó un solo árbol en pie.
Los animales y animalitos que, por algún azar,
Lograron sobrevivir a la hecatombe,
Pasado el estupor inicial huyeron despavoridos.
Por fin, el hombrecito hizo cargar
Todos los troncos en enormes caminos.
Sólo una tortuga quedó,
Por razones que ustedes podrán imaginar,
Para presenciar esta última operación.
Por lo tanto, fue ella el único testigo de un extraño gesto:
El hombrecito desenrolló un gran cartel
Y lo colocó en el primero de los camiones.
Como la tortuga era analfabeta no pudo
Enterarse del texto del letrero, que decía: "
Yo quiero a mi bosque, ¿Y usted?"

Love for the Forest

Once upon a time, there was a forest, full of old junk and new flowers,
Among which, unconsciously joyful, ran, flew,
Jumped or simply passed its natural inhabitants:
Sparrows, ladybugs, mules, skunks,
Hares, partridges, frogs, parrots, hummingbirds, etcetera.
The zoological relationships were relatively good.
After each rain, the mushrooms would grow like mushrooms,
And that gave abundant reason for the songs, croaking,
Squawking, mooing, braying and other mass media.
The flowers were common and wild,
But at least nobody trampled on them.
With their one-note samba, the insistent frogs filled the night.
They were truly satisfying.
In times of relative scarcity, the larger animals would run the hare;
But when the scarcity was more severe
Even the hares would run the hare.
However, despite all the difficulties
Of wild life, that was a happy forest.
Naturally there were objections against the stubbornness of the mules,
The defamation of the parrots or the raucous wisdom of the toads;
But after all, a hummingbird had almost the same
Rights as a caiman, the only difference was in the teeth.
Everyone was allowed to see the sky,
Which appeared among the high branches and,
When the larks sang the anthem of the forest,
The pines respectfully removed their
Cups and all the trees listened to it standing.
Of course, a forest is a group of trees and bushes,
But in it everything works much better
When it is planted than when it is killed.
This did not seem to matter much to a little gentleman
Frowning and angry who appeared in the forest one gray morning.
At the beginning, he looked resentfully at the bushes and vermin.
As an advance,
He trampled on a beetle and slowly tore off its wings
To a butterfly.
The next day he came with other men equally frowning and
Angry, accompanied by strangers
Instruments, tools and machinery.
For two or three weeks,
Indifferent to the deepest
Aspirations of the flora and fauna, he cut and cut.
He did not leave a single tree standing.
The animals and animals that, by chance,
Managed to survive the holocaust,
After the initial shock, they fled in terror.
Finally, the little man had all the logs loaded
In huge trucks.
Only one turtle remained,
For reasons you can imagine,
To witness this last operation.
Therefore, she was the only witness to a strange gesture:
The little man unrolled a large sign
And placed it on the first of the trucks.
As the turtle was illiterate, she could not
Find out about the text of the sign, which read: "
I love my forest, what about you?"