Текст и перевод песни Iratxo - Madera de Olivo

Madera de Olivo

Sin pudor el aguacero que cae, y moja sin contemplaciones la acera,
De vuelta de todo sin prisa, las caricias que ya no valen nada de nada de nada,

Y el rincón donde se quedan los sueñso, amenizados por unos columpios,
Dando vueltas sobre un eje que no existe, que esta en cada cual en su imaginación,

Y no sirvió de nada los barrotes que pusieron al sol,
Que la calle tiene alma y las aceras corazones,
Y no sirvió de nada cada azote ni el cara a la pared,
Que tanto campo atraves, resucito las neuronas,

Sin rencor erl alfalto se fue haciendo alvero, empolvo los ojos que estaban ciegos,
Contaron con mil hombros para descansar y eligieron madera de olivo,

Resbalándose que no quede nada en la piel, que arda solo al ver como cantan los jilgeros,
Deprisa que cierran las puertas y no hay mas agujeros que tapar,

Y no sirvió de nada los barrotes que pusieron al sol,
Que la calle tiene alma y las aceras corazones,
Y no sirvió de nada cada azote ni el cara a la pared,
Que tanto campo atraves, resucito las neuronas.

Olive Wood

The rain falls without shame, and wets the sidewalk without hesitation,
Back from everything in no hurry, the caresses that are now worth nothing at all,

And the corner where dreams stay, entertained by swings,
Spinning on an axis that does not exist, that is in each one in their imagination,

And the bars they put against the sun were of no use,
That the street has a soul and the sidewalks have hearts,
And every blow to the face against the wall was of no use,
That crossing so much land resurrected my neurons,

Without rancor, the asphalt was becoming a beehive, dusting the eyes that were blind,
They counted on a thousand shoulders to rest on and chose olive wood,

Slipping so that nothing is left on the skin, that it burns only to see how the goldfinches sing,
Hurry, they are closing the doors and there are no more holes to plug,

And the bars they put against the sun were of no use,
That the street has a soul and the sidewalks have hearts,
And every blow to the face against the wall was of no use,
That crossing so much land resurrected my neurons.