Текст и перевод песни Juan Rodriguez - La Mataca Ollera

La Mataca Ollera

Con la mano amasando el barro
Sentada en el suelo mataquita ollera
Su mataco pitando un cigarro
Y tocando bajito un pimpim con su quena.

Así pasan semanas enteras
Al lao de la acequia igual que el hornero
Van mojando con gusto la tierra
Que Juancho le trajo de los hormigueros.

El secreto que tienen los indios
Ese barro lleva la baba de hormiga
Y que salen las ollas más fuertes
Las que duran años, pa toda la vida.

Amalaya volvieran los tiempos
Que el indio mataco en su suelo vivía
Ya no más hay ceniza en los toldos
Donde San Francisco, él los bendecía.

Ya está vieja la pobre Azucena
Su andar es muy lento parece que lleva
El ocaso que ha marcado el tiempo
Se lo lleva el viento borrando su huella.

Ya descansa la india mataca
Su nombre de flor se marchita en la arena
En sus ollas, cacharras, tinajas
Su fue para siempre, su recuerdo queda.

Por ahí cuentan que el mataco Juancho
Salió de su choza gritando Azucena
En el monte lo encontraron muerto
Al lao de su cuerpo, su flecha y su quena.

Amalaya volvieran los tiempos
Que el indio mataco en su suelo vivía
Ya no más hay ceniza en los toldos
Donde San Francisco, él los bendecía.

The Mataco Potter

With her hands kneading the clay
Seated on the ground, the little Mataco potter
Her Mataco husband smoking a cigarette
And quietly playing a pimpim with his quena.

Thus they spend entire weeks
Beside the stream, just like the bricklayer
Moistening the earth with pleasure
That Juancho brought from the anthills.

The secret that the Indians have
This mud contains the saliva of ants
And the pots are stronger
Those that last for years, for life.

And it would be great to go back to the days
When the Mataco Indian lived on his land
There is no more ash in the huts
Where San Francisco blessed them.

The poor Azucena is already old
Her gait is very slow, she looks like she’s carrying
The sunset that time has marked
The wind takes her, erasing her trail.

The Mataco Indian woman is already resting
Her name of a flower withers in the sand
In her pots, bowls, jars
She is gone forever, her memory remains.

They say that the Mataco Juancho
Left his hut shouting Azucena
They found him dead in the forest
Next to his body, his bow and arrow and his quena.

And it would be great to go back to the days
When the Mataco Indian lived on his land
There is no more ash in the huts
Where San Francisco blessed them.