Songtexte Tangus Dei - Astor Piazzolla
Hoy
es
domingo
y
al
día
lo
sacan
del
domingario
Una
novia
sin
domingo
y
el
penúltimo
borracho
Hoy
es
domingo,
laurel
con
leche
Desde
el
badajo
de
su
cuchara
Da
un
capuchino
tres
campanadas
Tras
los
misales,
pican
motetes
las
derrotadas
Y
alegres
nalgas
de
las
matronas
Laurel
con
ajo
Hoy
es
domingo
y
las
brujas
espiran
porque
asomados
Del
tuco,
les
tiran
soles,
los
chicos
y
los
payasos
Hoy
es
domingo,
laurel
con
fiaca
Domingamente
rueda
un
bostezo
Y
en
el
bostezo
dan
las
muchachas
La
buena
nueva
del
buen
mal
paso
que
arde
En
la
hilacha
pródiga
y
tensa
de
sus
bluyines
Laurel
caliente
Hoy
es
domingo
y
un
coro
de
mil
domingos,
muchachos
Desde
el
orsai
dice
un
viejo
romance
en
cuatro
dos
cuatro
A
las
amasadoras
de
tallarines
algo
nos
pasa
¿Por
qué
es
que
nos
retiemblan
las
manos
duras
entre
la
masa?
¿Qué
gusto
le
han
mezclado
a
los
copetines
Que
tienen
una
patota
de
estrellitas
en
donde
estaban
las
aceitunas?
Hoy
es
domingo
y
atorran
hasta
los
séptimos
tangos
Será,
sin
embargo,
el
día
del
más
antiguo
trabajo
Hoy
es
domingo,
laurel
y
azares
Qué
Buenos
Aires
le
echó
los
naipes
a
este
domingo
Que
así
en
la
altura
pampero
arriba,
tres
profetitas
locos
Laburan
juntando
ramos
de
un
nuevo
aroma
Laurel
del
aire
Hoy
es
domingo
y
me
han
dicho
que
hasta
el
muñeco
de
trapo
Que
cuelga
en
los
colectivos,
viene
a
lo
alto
mirando
Hoy
es
domingo,
laurel
servido
Qué
extraña
siembra
dio
este
domingo
Que
allá
en
lo
alto
de
un
piso
treinta
Sola,
en
la
sola
cal
de
un
andamio
Reparturienta
de
nueve
asombros,
hierve
una
sombra
Hoy
es
domingo
(laurel
con
hembra)
Y
en
punta
de
diente,
como
peleando
Allá
esa
sombra,
por
dentro
Sus
lutos
está
lavando
Se
le
abisma
en
la
cintura
la
cincha
de
un
nudo
zaino
Y
la
marca
de
sus
uñas
se
ve
en
el
cemento
armado
¡Cuánta
cosa!
Uno
por
uno
le
retoña
los
ovarios,
fecundos
de
mil
dolores
En
seducción
de
sopapo
Si
parece
que
tuviera
hasta
el
nombre
embarazado
Qué
retemblor
le
sacude
la
entraña
Como
si
echando
setenta
reencarnaciones
de
un
Jesusito
nonato
Se
arrancará
de
los
huesos
del
vientre,
setenta
clavos
Y
dos
angelotes
parteros
La
trincan
de
bruces
cuando
le
dan
de
fórceps
Los
fierros
del
pesebre
hormigonado
Cómo
alumbra
para
adentro
Qué
luz
le
chaira
en
el
tallo
Qué
clara
lastimadura,
cruza
de
muerte
y
orgasmo
Le
enciende
por
la
cintura,
como
un
canyengue
de
astros
Fuerza,
María,
que
nace
Y
nace,
naciendo
tanto,
que
te
pare
hasta
el
olvido
Y
te
empuja
entre
las
manos
y
en
la
raíz
y
en
la
rabia
Y
te
renace
a
pedazos
por
las
puntas
de
otras
trenzas
Por
las
grietas
de
los
labios
Por
el
gesto
y
por
las
ganas
de
nacerte
hasta
el
cansancio
Cuánta
navidad
tenías
atragantada
en
los
años
Qué
zafra
brava,
María
Zafra
de
partos
Tu
parto
A
quien
recién
ha
nacido
nada
le
sobra
y
no
tiene
cuna
Su
padre,
que
es
carpintero
de
obra,
ha
de
hacerle
una
Desde
lo
alto
del
domingo
Los
tres
albañiles
magos
En
la
arena
de
esa
cuna
Un
guiño
rosa
han
dejado
¿Por
qué
es
que
los
angelitos
todos
Llorando
a
encurdarse
han
ido?
Porque
ese
niño
no
es
niño
¡Jesús!,
¡que
es
niña!,
¡niña
ha
nacido!
La
niña
tuvo
otra
niña
Que
es
ella
misma
y
no
es
tanto
Quieren
final
y
principio
Ser
gotas
del
mismo
llanto
Por
Dios,
los
espectadores
también
queremos
saber
Si
la
letra
de
este
tango,
ya
ha
sido
o
está
por
ser
En
los
ojos
de
la
niña
El
tiempo
está
bien
robado
Por
ayer
y
por
mañana
María,
la
han
bautizado
Pero
aquellos
hombres
Los
rudos
maestros
de
mi
tristería
Que
saben
del
mudo
arremango
que
cabe
a
ese
nombre
Cuando
hay
pena
llena,
sobre
el
aire
obrero
de
las
curderías
Lo
nombran
apenas,
ladrando
a
su
recuerdo
la
sombra
de
los
tangos
Que
ya
fueron
y
no
existen
todavía
(Nuestra
María)
de
olvido
eres
entre
todas
las
mujeres
(De
Buenos
Aires)
presagio
eres
(Nuestra
María)
entre
todas
las
mujeres
(De
Buenos
Aires)
de
olvido
eres
entre
todas
las
mujeres
(Nuestra
María)
presagio
eres
entre
todas
las
mujeres
(nuestra
María)
María
María
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