Songtexte Da pena ¿y el amor? - Los Voceros de Cristo
                                                En 
                                                donde 
                                                está 
                                                el 
                                                amor 
                                                de 
                                                Cristo,
 
                                    
                                
                                                En 
                                                la 
                                                Iglesia 
                                                no 
                                                se 
                                                ve;
 
                                    
                                
                                                Solo 
                                                el 
                                                odio, 
                                                el 
                                                rencor 
                                                    y 
                                                el 
                                                egoísmo,
 
                                    
                                
                                                Prevalecen 
                                                por 
                                                doquier.
 
                                    
                                
                                                Da 
                                                pena 
                                                ver 
                                                    a 
                                                los 
                                                cristianos,
 
                                    
                                
                                                Murmurando 
                                                sin 
                                                piedad;
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                extendiendo 
                                                el 
                                                puñal 
                                                    y 
                                                no 
                                                la 
                                                mano,
 
                                    
                                
                                                Al 
                                                que 
                                                ha 
                                                caído 
                                                en 
                                                la 
                                                adversidad.
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                el 
                                                mandamiento 
                                                fue, 
                                                ama 
                                                    a 
                                                tu 
                                                hermano,
 
                                    
                                
                                                Como 
                                                    a 
                                                ti 
                                                mismo, 
                                                cual 
                                                si 
                                                fuera 
                                                él;
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                tú 
                                                como 
                                                un 
                                                Señor, 
                                                como 
                                                un 
                                                tirano,
 
                                    
                                
                                                Le 
                                                haces 
                                                beber 
                                                su 
                                                miserable 
                                                hiel.
 
                                    
                                
                                                ¿En 
                                                dónde 
                                                está 
                                                el 
                                                amor 
                                                que 
                                                Dios 
                                                te 
                                                ha 
                                                dado?
 
                                    
                                
                                                Porque 
                                                reluce 
                                                tanto 
                                                tu 
                                                altivez;
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                Cristo 
                                                siendo 
                                                el 
                                                Rey 
                                                te 
                                                ha 
                                                perdonado,
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                tu 
                                                al 
                                                hermano 
                                                quieres 
                                                maldecir.
 
                                    
                                
                                                Es 
                                                triste 
                                                    y 
                                                da 
                                                dolor 
                                                la 
                                                escena,
 
                                    
                                
                                                En 
                                                los 
                                                siervos 
                                                del 
                                                Señor;
 
                                    
                                
                                                Dejan 
                                                ver 
                                                    y 
                                                maltratar 
                                                    a 
                                                las 
                                                ovejas,
 
                                    
                                
                                                Redimidas 
                                                con 
                                                su 
                                                amor.
 
                                    
                                
                                                En 
                                                vez 
                                                de 
                                                saturar 
                                                con 
                                                vendas,
 
                                    
                                
                                                De 
                                                dulzura 
                                                    y 
                                                compasión,
 
                                    
                                
                                                Sus 
                                                heridas 
                                                de 
                                                aflicción 
                                                más 
                                                le 
                                                aumentan,
 
                                    
                                
                                                No 
                                                como 
                                                manda 
                                                Cristo 
                                                el 
                                                buen 
                                                Pastor.
 
                                    
                                
                                                En 
                                                cambio 
                                                por 
                                                su 
                                                bien 
                                                mucho 
                                                procuran,
 
                                    
                                
                                                Indiferentes 
                                                sin 
                                                mirar 
                                                que 
                                                aquel,
 
                                    
                                
                                                Que 
                                                un 
                                                día 
                                                resbalara 
                                                en 
                                                la 
                                                negrura;
 
                                    
                                
                                                Como 
                                                ellos 
                                                precio 
                                                santo 
                                                han 
                                                de 
                                                tener.
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harás 
                                                cuando 
                                                el 
                                                Señor 
                                                te 
                                                lo 
                                                demande?
 
                                    
                                
                                                Pues 
                                                en 
                                                la 
                                                cruz 
                                                con 
                                                sangre 
                                                lo 
                                                compro
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                tu 
                                                cual 
                                                otro 
                                                Dios 
                                                lo 
                                                despreciaste,
 
                                    
                                
                                                Porque 
                                                en 
                                                tus 
                                                ojos 
                                                no 
                                                tenías 
                                                perdón.
 
                                    
                                Attention! Feel free to leave feedback.
                 
             
                                                         
                                                        ![Исполнитель Los Voceros de Cristo, альбом ¿Quién Es Ese (Nuevos Horizontes) [Israel] - Single](https://pic.Lyrhub.com/img/m/8/6/6/7ymx-b668m.jpg) 
                                                         
                                                        