Lyrics Los Tres Jovenes Hebreos - Los Alegres De Terán
                                                Lo 
                                                que 
                                                daremos 
                                                por 
                                                ello
 
                                    
                                
                                                Obedecerte 
                                                oh 
                                                rey.
 
                                    
                                
                                                La 
                                                estatua 
                                                que 
                                                levantaste
 
                                    
                                
                                                En 
                                                transgresión 
                                                de 
                                                la 
                                                ley.
 
                                    
                                
                                                Dijo 
                                                el 
                                                rey 
                                                de 
                                                Babilonia
 
                                    
                                
                                                Sadrac, 
                                                Mesac 
                                                    y 
                                                Abednego
 
                                    
                                
                                                Varones 
                                                del 
                                                alto 
                                                Dios
 
                                    
                                
                                                Fueron 
                                                echados 
                                                al 
                                                fuego.
 
                                    
                                
                                                Dijo 
                                                el 
                                                rey 
                                                de 
                                                Babilonia
 
                                    
                                
                                                Todito 
                                                lleno 
                                                de 
                                                espanto,
 
                                    
                                
                                                Porque 
                                                mandó 
                                                    a 
                                                quemar 
                                                    a 
                                                los 
                                                tres
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                al 
                                                momento 
                                                fueron 
                                                cuatro.
 
                                    
                                
                                                Sus 
                                                cuerpos 
                                                no 
                                                se 
                                                quemaron
 
                                    
                                
                                                Ni 
                                                sus 
                                                ropas 
                                                se 
                                                manchó,
 
                                    
                                
                                                La 
                                                fé 
                                                grande 
                                                en 
                                                nuestro 
                                                Dios
 
                                    
                                
                                                De 
                                                las 
                                                llamas 
                                                nos 
                                                libró.
 
                                    
                                
                                                Dijo 
                                                el 
                                                rey 
                                                de 
                                                Babilonia
 
                                    
                                
                                                Sadrac, 
                                                Mesac 
                                                    y 
                                                Abednego
 
                                    
                                
                                                Varones 
                                                del 
                                                alto 
                                                Dios
 
                                    
                                
                                                Salgan 
                                                del 
                                                horno 
                                                de 
                                                fuego.
 
                                    
                                
                                                Por 
                                                mí 
                                                se 
                                                pone 
                                                el 
                                                decreto
 
                                    
                                
                                                De 
                                                todo 
                                                género 
                                                    y 
                                                lengua
 
                                    
                                
                                                Bendito 
                                                el 
                                                Dios 
                                                de 
                                                éstos 
                                                hombres
 
                                    
                                
                                                En 
                                                el 
                                                cielo 
                                                    y 
                                                en 
                                                la 
                                                tierra.
 
                                    
                                
                                                Sus 
                                                cuerpos 
                                                no 
                                                se 
                                                quemaron
 
                                    
                                
                                                Ni 
                                                sus 
                                                ropas 
                                                se 
                                                manchó,
 
                                    
                                
                                                La 
                                                fé 
                                                grande 
                                                en 
                                                nuestro 
                                                Dios
 
                                    
                                
                                                De 
                                                las 
                                                llamas 
                                                nos 
                                                libró.
 
                                    
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