Lyrics Breve Historia de las Islas Malvinas - Victor Heredia
                                                Era, 
                                                sé 
                                                que 
                                                era, 
                                                érase 
                                                una 
                                                vez
 
                                    
                                
                                                Unas 
                                                islas 
                                                que 
                                                cantaban 
                                                en 
                                                inglés
 
                                    
                                
                                                Tan 
                                                cerca 
                                                de 
                                                casa 
                                                en 
                                                nuestro 
                                                mar
 
                                    
                                
                                                Tierra 
                                                de 
                                                Yámanes 
                                                    y 
                                                Shelk' 
                                                nam
 
                                    
                                
                                                Pueblos 
                                                de 
                                                nuestra 
                                                América 
                                                ancestral
 
                                    
                                
                                                Aunque 
                                                cierta 
                                                vez 
                                                hablaron 
                                                el 
                                                francés
 
                                    
                                
                                                Cuando 
                                                Luis 
                                                Antoine 
                                                de 
                                                Bougainville 
                                                fue
 
                                    
                                
                                                    A 
                                                colonizarlas 
                                                para 
                                                el 
                                                Rey 
                                                (de 
                                                Francia)
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                fundó 
                                                Colonia 
                                                Port 
                                                St. 
                                                Louis 
                                                (en 
                                                1763)
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                las 
                                                bautizó 
                                                "Les 
                                                Malouines" 
                                                (En 
                                                honor 
                                                    a 
                                                St. 
                                                Maló)
 
                                    
                                
                                                Pero, 
                                                ya 
                                                ves, 
                                                después 
                                                las 
                                                tuvo 
                                                que 
                                                vender
 
                                    
                                
                                                Al 
                                                Rey 
                                                de 
                                                España, 
                                                quien
 
                                    
                                
                                                Seiscientas 
                                                tres 
                                                mil 
                                                libras 
                                                les 
                                                pagó
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                así, 
                                                volvieron 
                                                    a 
                                                ser 
                                                nuestras
 
                                    
                                
                                                Cuando 
                                                el 
                                                sol 
                                                de 
                                                la 
                                                revolución 
                                                de 
                                                Mayo 
                                                nos 
                                                libró
 
                                    
                                
                                                El 
                                                peso 
                                                de 
                                                la 
                                                historia 
                                                decidió
 
                                    
                                
                                                Que 
                                                allí 
                                                flameará 
                                                nuestro 
                                                pabellón
 
                                    
                                
                                                El 
                                                peso 
                                                de 
                                                la 
                                                historia 
                                                decidió
 
                                    
                                
                                                Que 
                                                allí, 
                                                que 
                                                allí 
                                                flameará 
                                                nuestro 
                                                pabellón
 
                                    
                                
                                                Era, 
                                                sé 
                                                que 
                                                era, 
                                                érase 
                                                una 
                                                vez
 
                                    
                                
                                                Uno 
                                                que 
                                                recordaremos, 
                                                Luis 
                                                Vernet
 
                                    
                                
                                                Con 
                                                nuestra 
                                                bandera 
                                                recaló 
                                                (en 
                                                1829)
 
                                    
                                
                                                En 
                                                la 
                                                fría 
                                                isla 
                                                Soledad 
                                                (con 
                                                toda 
                                                su 
                                                familia)
 
                                    
                                
                                                Para 
                                                gobernarla 
                                                    y 
                                                comerciar
 
                                    
                                
                                                Pero 
                                                en 
                                                mil 
                                                ochocientos 
                                                treinta 
                                                    y 
                                                tres
 
                                    
                                
                                                Otra 
                                                vez 
                                                bramó 
                                                el 
                                                colonialismo 
                                                inglés
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                atacaron 
                                                Puerto 
                                                Soledad
 
                                    
                                
                                                Destruyendo 
                                                todo 
                                                sin 
                                                piedad
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                desde 
                                                ese 
                                                día 
                                                llora 
                                                el 
                                                mar
 
                                    
                                
                                                Igual 
                                                que 
                                                un 
                                                dos 
                                                de 
                                                abril 
                                                cuando 
                                                la 
                                                sangre 
                                                joven
 
                                    
                                
                                                Del 
                                                país 
                                                cayó 
                                                herida 
                                                por 
                                                el 
                                                fuego 
                                                    y 
                                                la 
                                                locura 
                                                de
 
                                    
                                
                                                Mesiánicos 
                                                    y 
                                                oscuros 
                                                generales 
                                                que
 
                                    
                                
                                                Rindieron 
                                                sus 
                                                espadas 
                                                sin 
                                                llorar
 
                                    
                                
                                                Ahora 
                                                dónde 
                                                irán 
                                                con 
                                                tanta 
                                                soledad 
                                                    y 
                                                sin 
                                                la 
                                                paz
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                amor 
                                                que 
                                                el 
                                                viejo 
                                                Lennon 
                                                supo 
                                                imaginar
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán 
                                                con 
                                                tanta 
                                                sangre 
                                                nuestra 
                                                sin 
                                                nombrar?
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán 
                                                con 
                                                tanto 
                                                amargo 
                                                llanto 
                                                maternal?
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán 
                                                con 
                                                nuestro 
                                                amor 
                                                soñando 
                                                allá 
                                                en 
                                                el 
                                                mar?
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán 
                                                si 
                                                el 
                                                cielo 
                                                les 
                                                recuerda 
                                                la 
                                                verdad?
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán, 
                                                Malvinas 
                                                argentinas?, 
                                                ¿Dónde 
                                                irán?
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán 
                                                con 
                                                tanta 
                                                sangre 
                                                nuestra 
                                                sin 
                                                nombrar?
 
                                    
                                
                                                ¿Qué 
                                                harán 
                                                con 
                                                tanto 
                                                amargo 
                                                llanto 
                                                maternal?
 
                                    
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