Lyrics François de Vacaciones - Javier Corcobado
François
se
despertó
con
el
escozor
de
sus
ingles
Se
quitó
el
bañador,
aún
húmedo,
Recordando
su
sueño
incómodo
de
verano:
Un
coito
no
consumado
con
una
mujer
fumadora
de
nubes
De
cuerpo
desnudo
cubierto
por
decenas
de
pequeñas
tetas,
Tumbada
sobre
las
rocas
mojadas
Por
la
espuma
rabiosa
de
las
olas.
El
se
acercaba
a
ella
y
tocaba
en
el
pianito
de
sus
pies.
Entonces
se
despertaba.
Cogió
la
pistola
somnolienta
de
debajo
de
la
almohada.
Comprobó
que
estaba
cargada
Y
la
envolvió
con
la
toalla
Recordando
la
escena
del
sueño.
El
amor
le
resultaba
lejano
y
extraño.
Se
puso
una
camiseta
con
una
sirena
serigrafiada.
El
bañador
de
repuesto
también
estaba
húmedo,
Pero
no
le
importó;
se
guardó
en
la
cintura
Un
paquete
de
cigarrillos
y
un
encendedor.
Salió
al
comedor
Su
madre
estaba
sentada
pelando
verduras.
François
la
besó
en
la
frente
y
ella
sonrió
en
silencio.
Estaban
veraneando
en
un
pueblo
de
la
costa
mediterránea.
Dos
semanas
en
un
apartamento
de
alquiler
pequeño
y
acogedor
Escalera
de
caracol
hasta
la
azotea,
Dos
dormitorios,
salón
con
cocina
y
baño.
No
se
veía
el
mar.
Su
padre
fingía
leer
el
periódico
En
su
silla
de
ruedas
con
su
mirada
helada
y
muda.
François
se
acercó
a
él
y
le
dejó
un
cigarrillo
Sobre
las
rodillas
sin
que
su
madre
lo
viera.
François
bebió
de
su
tasa
palpo
el
arma
entre
los
pliegues
de
la
toalla
Miro
a
su
padre
y
luego
a
su
madre,
Sus
ojos
verdes
espejos
irritantes
de
realidad
Destellaron
espejismos
de
piedad
Primero
apunto
a
su
madre
a
la
cabeza,
agachada
sobre
las
peladuras
Le
disparo
en
el
centro
del
cráneo,
se
oyó
un
grave
silencio
Inmediatamente
después
le
alcanzo
a
su
padre
en
el
centro
del
pecho
François
se
levanto
y
salió
corriendo
del
apartamento.
Bajo
las
escaleras
y
salió
a
la
calle
sin
mirar
atrás
Llego
hasta
la
playa
de
agosto
cientos
de
turistas
infectados
de
cremas
Meandose
en
el
agua
del
mar
exhibiendo
sus
cuerpos
deformes
Y
vergonzosos
e
irritados
por
la
invasión
de
dulces
medusas
iris
aras
Las
mujeres
enseñando
al
sol
sus
nuevas
remodelaciones
quirúrgicas
Los
hombres
sus
sacrificios
de
gimnasio.
Olores
cosméticos
engendrando
ira,
castillos
de
arena
enfermos
Sombrillas
inseguras
claudicando
ante
el
viento,
Teléfonos
buceando
entre
las
faldas
de
las
algas
La
gente
asándose,
hambrienta
y
sedienta
de
obsesivo
descanso
antinatural
François
planto
su
toalla
cerca
ese
matrimonio
con
dos
hijas
gemelas
Adolecentes,
rubias
de
pelo
y
tostadas
de
piel
Esas
muchachas
tenían
el
mismo
rostro
que
la
mujer
de
su
sueño
Ellas
eran
su
anhelo,
las
culpables
de
sus
orgasmos
involuntarios
Las
musas
de
su
amor
abortado
François
contemplo
con
sus
ojos
verdes
la
epidermis
del
mar
Infestado
de
colchonetas,
balones
de
plástico,
lanchas
a
lo
lejos.
François
asió
fuertemente
la
empuñadura
del
arma
Casi
sin
apuntar
comenzó
a
disparar
a
la
familia
Se
oyeron
agudos
chillidos
femeninos,
llantos
de
bebe,
gruñidos
de
hombre
Se
puso
de
pie
y
empezó
a
disparar
a
su
alrededor
El
griterío
invadió
la
playa,
pero
se
podía
oír
el
bostezo
del
sol.
François
cogió
su
toalla
y
empezó
a
pasear
por
la
orilla
Disparando
a
todos
y
todas
a
su
paso
hasta
las
cañas
de
los
pescadores
Sin
la
adrenalina,
sin
miedo
En
su
corazón
de
diminuta
guerra
hormigueaba
ingenua
y
perversa
la
emoción
En
su
mente
algunos
equinados
pensamientos.
Volviendo
al
apartamento
percibió
en
su
boca
el
frágil
Sabor
amargo
del
ruido
de
su
alma
Prendido
de
la
adolescencia
Subió
las
escaleras
a
pata
coja
Abrió
la
puerta
y
vio
a
su
madre
de
pie.
El
volvió
a
dispararle
en
el
corazón
El
arma
ya
estaba
descargada
François
se
acerco
al
fregadero
y
la
volvió
a
llenar
Con
jabón
y
agua.
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