Lyrics Sin Tiempo Final - José Larralde
Sólo
los
hombres
buenos
viven
todo
un
día.
Nacen
por
la
mañana,
serenos
ante
el
sol
que
se
levanta;
Erguido
desde
el
alma,
con
los
pies
más
abajo
que
los
zapatos;
Con
la
cara
tranquila;
con
la
mente
educada
a
pensar
′que
es
el
camino';
Qué
silencio
es
mejor;
¿cuál
es
el
grito?;
¿cuándo
decir
′no
quiero'?;
¿Cuándo
aceptar
lo
inaudito?.
Por
qué
llorar
de
risa
y
reír
en
un
llanto,
¿por
qué?.
Sólo
los
hombres
buenos
viven
todo
un
día.
Sólo
los
hombres
buenos
aguardan
un
instante;
Escuchan
la
verdad
del
que
está
enfrente,
Comparan
su
verdad
con
las
verdades
de
cada
humanidad
que
hace
que
exista.
Sólo
los
hombres
buenos
tienen
prisa
en
señalar
el
rumbo
a
la
vertiente,
Para
que
cada
sed
sea
apagada
con
el
agua
de
todos
los
bautismos.
Sólo
los
hombres
buenos
ponen
su
fe
encima
de
las
piedras,
Para
que
el
mundo
vea
y
sepa
que
la
fe
siempre
es
cúspide
y
puente
en
los
abismos.
Sólo
los
hombres
buenos
ignoran
que
lo
son,
Cantan
cuando
el
silencio
aturde
en
el
cerebro
Y
cuando
en
primavera
revienta
el
corazón
de
la
semilla,
Y
el
sonido
culto
de
las
flores
y
el
pólen
lanza
su
dulzor
de
vida,
Sólo
los
hombres
buenos
en
silencio
ponen
en
cada
flor
una
sonrisa.
Sólo
el
hombre
que
es
bueno
se
desvela
Por
ser
mejor
que
él
mismo
cada
día
Sin
comparar
lo
bueno
de
los
otros
ni
permitirse
el
lujo
de
ser
guía.
Sólo
los
hombres
buenos
son
buenos
hombres.
El
pan
del
hombre
bueno
es
diferente
por
ser
igual
al
pan
del
que
lo
niega,
Aunque
el
pan
generoso
oferente
no
sepa
quién
lo
escupe
y
quién
lo
riega.
Si
pudiera
encontrarte
en
el
camino
Y
preguntarte
simplemente
'¿cómo
te
va?,
¿sos
feliz?′.
Si
pudiera
ver
tu
rostro
tal
cual
fuera,
Sin
el
tonto
ocultamiento
que
los
hombres
ofrecemos
como
alivio
A
quien
por
nosotros
se
desvelan.
Si
pudiera
seguir
tu
paso
por
la
senda
del
tiempo,
Alentando
tu
marcha,
vigilando
tu
anhelo,
Recogiendo
de
a
uno
los
minutos
de
vida
Que
sin
darte
cuenta
quedarán
detrás
tuyo
Como
flores
herméticas,
perfumando
otro
mundo.
Si
pudiera
decirle
al
eterno
futuro
en
una
tarjetita:
′Recomiendote
a
mi
hijo,
no
lo
trates
muy
duro.
No
le
regales
nada
Pero
dale
el
apuro
de
ser
un
hombre
bueno,
de
ser
noble
y
seguro.
Si
puedes
darle
ingenio,
que
sea
claro,
no
oscuro,
Prefiero
que
sea
esclavo
antes
que
sea
verdugo.
Y
una
sola
palabra
al
final
de
su
curso.
Dios
en
todas
las
horas
de
su
vida
y
su
mundo,
Y
por
Dios
te
lo
ruego,
no
lo
trates
muy
duro!
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