paroles de chanson Nocturno A Rosario - Hector Montemayor
Pues
bien,
yo
necesito
decirte
que
te
quiero
Decirte
que
te
adoro
con
todo
el
corazón
Que
es
mucho
lo
que
sufro,
que
es
mucho
lo
que
lloro
Que
ya
no
puedo
tanto,
al
grito
en
que
te
imploro
Te
imploro
y
te
hablo
en
nombre
de
mi
última
ilusión
Yo
quiero
que
tú
sepas
que
ya
hace
muchos
días
Que
estoy
enfermo
y
pálido
de
tanto
no
dormir
Que
ya
se
han
muerto
todas
las
esperanzas
mías
Que
están
mis
noches
negras,
tan
negras
y
sombrías
Que
ya
no
sé
ni
en
dónde
se
alzaba
el
porvenir
De
noche
cuando
pongo
mis
sienes
en
la
almohada
Hacia
otro
mundo
quiere
mi
espíritu
volver
Camino
mucho,
mucho,
y
al
fin
de
la
jornada
Las
formas
de
mi
madre,
se
pierden
en
la
nada
Y
tú
de
nuevo
vuelves
en
mi
alma
a
aparecer
Comprendo
que
tus
besos
jamás
han
de
ser
míos
Comprendo
que
en
tus
ojos
no
me
he
de
ver
jamás
Y
te
amo,
y
en
mis
locos
y
ardientes
desvaríos
Bendigo
tus
desdenes,
adoro
tus
desvíos
Y
en
vez
de
amarte
menos,
te
quiero
mucho
más
A
veces
pienso
en
darte
mi
eterna
despedida
Borrarte
en
mis
recuerdos
y
huir
de
esta
pasión
Más
si
es
en
vano
todo,
el
alma
no
te
olvida
¿Qué
quieres
tú
que
yo
haga,
pedazo
de
mi
vida?
¿Qué
quieres
tú
que
yo
haga
con
este
corazón?
Y
luego
que
ya
estaba
concluido
tu
santuario
Tu
lámpara
encendida,
tu
velo
en
el
altar
Chispeando
las
antorchas,
humeando
el
incensario
El
sol
de
la
mañana
detrás
del
campanario
Y
abierta
allá
a
lo
lejos
la
puerta
del
hogar
¡Qué
hermoso
hubiera
sido
vivir
bajo
aquel
techo!
Los
dos
unidos
siempre,
amándonos
los
dos
Tú
siempre
enamorada,
yo
siempre
satisfecho
Los
dos
una
sola
alma,
los
dos
un
solo
pecho
Y
en
medio
de
nosotros
mi
madre
como
un
Dios
Figúrate,
¡qué
hermosas
las
horas
de
esa
vida!
¡Qué
dulce
y
bello
el
viaje
por
una
tierra
así!
Y
yo
soñaba
en
eso,
mi
santa
prometida
Y
al
delirar
en
eso,
con
la
alma
enternecida
Pensaba
yo
en
ser
bueno
por
ti,
no
más
por
ti
Bien
sabe
Dios
que
ese
era
mi
más
hermoso
sueño
Mi
afán
y
mi
esperanza,
mi
dicha
y
mi
pasión
Bien
sabe
Dios
que
nada
cifraba
yo
mi
empeño
Sino
en
amarte
mucho,
en
el
hogar
risueño
Que
me
envolvió
en
sus
brazos
cuando
me
vio
nacer
Esa
era
mi
esperanza,
más
ya
que
a
sus
fulgores
Se
opone
el
hondo
abismo
que
existe
entre
los
dos
Adiós
por
la
vez
última,
amor
de
mis
amores
La
luz
de
mis
tinieblas,
la
esencia
de
las
flores
Mi
lira
de
poeta,
mi
juventud,
adiós
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