paroles de chanson Invictus - Nadal015
Los
niños
de
la
calle
saben
cómo
se
hace
Días
laborales
después
de
las
doce
Dirhams,
dólares
y
mares
donde
nadan
tiburones
Donde
nada
acaba
siendo
lo
que,
en
principio,
parece
Somos
dueños
de
los
días
que
nos
quedan,
vida
perra
No
me
va
a
ganar
la
guerra,
aunque
sé
que
no
va
a
dar
tregua
Dejar
de
contar
mi
historia,
lloro
sangre
y
sabe
a
gloria
Somos
furia
por
la
euforia;
soy
tu
vicio,
soy
tu
fobia
Niños
para
algunos,
pero
para
otros
sabios
No
quieras
saber
a
qué
sabe
la
miel
de
labio
Yo
no
me
peleo
por
el
podio
Me
pregunto,
estando
ebrio,
¿por
qué
estoy
tan
serio
sobrio?
Locos
como
Cletus,
por
tu
cuello
Nosferatus
Aquí
hacemos
money
con
los
Rolex
y
los
Lotus
Bebemos
'Cardi
y
fumamos
cactus
Cantando
hasta
el
hictus;
olemos
a
gloria,
no
a
Invictus
¿Quieres
el
queso
o
estás
de
paso?
No
estoy
arriba,
compito
contra
el
peso
del
fracaso
Estamos
calla'os,
cazando
la
piel
del
oso
Sientes
al
demonio
por
tu
cuerpo,
si
te
beso
Bebemos
universos
en
vasos
Preso
de
tus
huesos,
lejos
de
tus
Solo
codician
mis
venas
Al
final,
son
to's
unos
perros
Vas
acostumbrándote
Va
a
ser
así
hasta
que
te
mueras
Que
del
pie
del
que
cojea,
la
mano
con
que
disparas
La
cara
que
me
pones
cuando
quieres
guerra
La
cara
que
me
pones
cuando
la
cosa
está
seria
Lo
cara
que
sale
la
droga
cuando
abusas
de
ella
En
los
ojos
de
mi
hermana
veo
Chefchaouen
En
mis
pulmones
solo
queda
Tánger
En
su
mente
esconde
lugares
donde
nunca
ha
estado
el
hombre
Y
donde
ha
habido
ruinas
siempre
De
gloria
tienes
hambre,
os
juro,
os
visto
siempre
De
vista,
demasiados,
pero
contados
ni
veinte
De
día
uniforma'os,
por
la
noche
clientes
Reviso
el
pasaporte,
desliza
pa'
correrte
Pero
quince
en
el
mapa
por
una
mente
loca
El
diablo
blanco,
vendido
en
forma
de
roca
Soy
oro
porque
es
oro
todo
lo
que
toca
Malas
sonrisas
nunca,
buenas
noticias
pocas
Casa
barata,
tiki
taka
Campanar
en
el
mapa,
mothafucka'
Ella
viene
de
la
biblioteca,
yo
de
la
plaza
De
fumar
a
pulmón
y
de
beber
en
petaca
Cadáveres
de
oro,
calaveras
de
plata
Soy
el
bocata
de
calamares
de
la
casa
Al
precio
de
mi
cabeza,
¿quién
lo
tasa?
El
necio
habla
de
más
sin
saber
lo
que
pasa
Nunca
digo
más
de
lo
que
debo
Ya
que
me
tracionaran,
no
sería
nada
nuevo
Y
aquí
estamos,
con
trabajo
y
con
dos
huevos
Evitando
la
guadaña
desde
España
hasta
Marruecos
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