Текст песни Del Libro de los Días - Fernando Delgadillo
Los
sueños
son
espumas
de
la
mar.
Y
hay
que
poner
la
capa
como
el
viento
venga.
El
talento
trabaja,
el
genio
crea.
No
vuelvas
nunca
al
sitio
de
tus
viejas
alegrías.
La
concordia
alimenta,
la
discordia
nos
consume.
Ningún
hombre
es
mejor
que
su
conversación.
Una
respuesta
suave
es
la
cura
para
la
cólera.
Nunca
respondas
la
pregunta
que
no
te
hayan
hecho.
Si
el
ánimo
se
inclina,
son
los
pies
los
que
resbalan.
Cuenta
tus
penas
a
ti
mismo,
tus
alegrías
al
mundo.
Pon
las
cosas
en
su
sitio
que
ellas
te
darán
el
tuyo.
Depende
en
mucho
la
felicidad
del
movimiento.
Estudia
el
poder
del
silencio.
Corona
de
la
buena
voluntad
es
la
humildad.
La
herida
que
es
causada
por
la
lengua
es
incurable.
Siempre
el
mejor
negocio
es
terminar
contento,
y
Verdad
que
hiere,
es
mejor
que
mentira
que
te
alegra.
Una
palabra
dicha
a
su
debido
tiempo,
es
como
Una
manzana
de
oro
en
charola
de
plata.
Un
abrazo
al
encuentro,
es
mejor
que
al
despedirse,
Y
nunca
es
tan
pequeño
el
vicio
en
el
que
se
reincide.
Se
piensa
en
la
salida
antes
de
entrar,
y
¡Cuánto
de
ser
feliz,
consiste
en
dar!
Si
desgraciadamente
tienes
que
mendigar,
Llama
sólo
a
las
puertas
de
las
grandes
casas.
Cuando
las
armas
están
listas,
el
buen
sentido
falta.
El
mejor
compañero
ante
la
adversidad
es
un
libro.
El
final
es
principio
en
mi
canción.
Los
rumores
son
mentiras
a
medias,
Y
la
lengua
del
sabio
está
en
su
corazón,
Y
el
corazón
del
tonto
está
en
su
lengua.
No
sé
si
siempre
pasa
esto
que
canto.
Yo
lo
aprendo
en
mi
libro
de
los
días.
En
éste,
me
derrumbo
y
me
levanto.
Para
saberlo,
aún
quedará...
la
vida.
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