Текст песни Por la Mañana Yo Dirijo Mi Alabanza - Ricardo Rodríguez
                                                Por 
                                                la 
                                                mañana 
                                                yo 
                                                dirijo 
                                                mi 
                                                alabanza
 
                                    
                                
                                                    A 
                                                Dios 
                                                que 
                                                ha 
                                                sido 
                                                    y 
                                                es 
                                                mi 
                                                única 
                                                esperanza
 
                                    
                                
                                                Por 
                                                la 
                                                mañana 
                                                yo 
                                                le 
                                                invoco 
                                                con 
                                                el 
                                                alma
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                le 
                                                suplico 
                                                que 
                                                me 
                                                dé 
                                                su 
                                                dulce 
                                                calma
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                Él 
                                                nos 
                                                escucha, 
                                                pues 
                                                nos 
                                                ama 
                                                tanto
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                nos 
                                                alivia 
                                                de 
                                                cualquier 
                                                quebranto
 
                                    
                                
                                                Nos 
                                                da 
                                                su 
                                                mano 
                                                poderosa 
                                                    y 
                                                fuerte
 
                                    
                                
                                                Para 
                                                librarnos 
                                                de 
                                                la 
                                                misma 
                                                muerte
 
                                    
                                
                                                Cuando 
                                                la 
                                                noche 
                                                se 
                                                apróxima 
                                                tenebrosa
 
                                    
                                
                                                En 
                                                elevarle 
                                                mi 
                                                oración 
                                                mi 
                                                alma 
                                                se 
                                                goza
 
                                    
                                
                                                Siento 
                                                su 
                                                paz 
                                                inagotable, 
                                                dulce 
                                                    y 
                                                grata
 
                                    
                                
                                                Porque 
                                                temores 
                                                    y 
                                                ansiedad 
                                                Cristo 
                                                los 
                                                mata
 
                                    
                                
                                                También 
                                                elevo 
                                                mi 
                                                cantar 
                                                al 
                                                cielo
 
                                    
                                
                                                Cuando 
                                                    a 
                                                la 
                                                tierra 
                                                baja 
                                                negro 
                                                velo
 
                                    
                                
                                                El 
                                                sol 
                                                se 
                                                oculta, 
                                                pero 
                                                queda 
                                                Cristo
 
                                    
                                
                                                    A 
                                                quien 
                                                mis 
                                                ojos 
                                                en 
                                                el 
                                                sueño 
                                                han 
                                                visto
 
                                    
                                
                                                Veo 
                                                la 
                                                sangre 
                                                de 
                                                sus 
                                                manos 
                                                que 
                                                ha 
                                                brotado
 
                                    
                                
                                                Veo 
                                                la 
                                                sangre 
                                                borbotando 
                                                en 
                                                su 
                                                costado
 
                                    
                                
                                                Una 
                                                corona 
                                                con 
                                                espinas 
                                                en 
                                                su 
                                                frente
 
                                    
                                
                                                La 
                                                multitud 
                                                escarneciéndole 
                                                insolente
 
                                    
                                
                                                Pero, 
                                                que 
                                                dicha 
                                                cuando 
                                                al 
                                                cielo 
                                                sube
 
                                    
                                
                                                Lleno 
                                                de 
                                                gloria 
                                                en 
                                                majestuosa 
                                                nube
 
                                    
                                
                                                Allá 
                                                en 
                                                el 
                                                cielo 
                                                nos 
                                                está 
                                                esperando
 
                                    
                                
                                                Mientras 
                                                en 
                                                tierra 
                                                yo 
                                                le 
                                                sigo 
                                                amando
 
                                    
                                
                                                Allá 
                                                en 
                                                el 
                                                cielo 
                                                nos 
                                                está 
                                                esperando
 
                                    
                                
                                                Mientras 
                                                en 
                                                tierra 
                                                yo 
                                                le 
                                                sigo 
                                                amando
 
                                    
                                
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