Lyrics La Lotera - Lolita
¡Treinta
mil
setesientos
cincuenta!
¡Lo
han
degüerto
de
Torrelodone,
llévelo
p'alegrar
a
su
parienta
que
le
van
a
tocar
diez
millones!
Diez
millones,
¡Casi
ná!
para
comprarse
un
vagón
de
jamone,
despué
de
trincá,
y
una
cama
con
siete
colchones
para
luego
dormir
la
tajá.
Catalina,
Catalina
Fernández
Seisgallo
nacida
en
Umbrete
en
ca
pie
dos
docena
de
callos
y
tres
de
juanete.
¡Naturá!
Tú
no
ves
que
me
jarto
de
andar,
de
acá
para
allá,
igual
que
un
cartero,
pues
estoy,
por
mí
madre,
destrosá
y
más
desmayá
qu'el
perro
un
barbero,
que
se
come
el
jabón
de
afeitar
y
le
sabe
a
pringá
de
puchero
al
pobre
animál.
¡Tracatrá!
¡Don
Benito,
ande
usted
cómpreme
un
decimito
para
doña
Juana
...!
Me
esgañito
y
a
la
gente
le
importa
tres
pitos
que
salga
mañana.
Es
mejor
que
vendiera
avellana,
o
pájaros
fritos,
o
jancas
de
rana,
o
que
coja
en
el
puerto
un
barquito
y
me
vaya
para
siempre
a
La
Habana.
Y
recorro
mil
veces
la
Gran
Vía,
y
Sol
y
Alcalá,
y
no
queda
una
cafetería,
ni
un
bar
ni
un
billá
donde
no
entre
con
mi
lotería,
sin
que
venda
siquiera
un
real.
Don
Canuto
¿no
me
compra
porqué
está
de
luto?.
Doña
Engracia,
porque
dice
que
trae
desgracia
y
don
Sixto
porque
el
veinte
del
mes
ya
anda
listo.
Hay
que
ver,
hay
que
ver,
hay
que
ver,
lo
que
tengo
que
hacer
pa
comer
Yo
me
subo
por
los
autobuses,
los
tranvías
y
los
trolebuses.
- ¡Pá
mañana,
qué
van
a
tocar
…!
En
el
Metro
me
dan
siempre
coba
…
p'alante
y
p'atrá,
y
en
la
bulla
después
de
una
soba,
no
vendo
una
escoba
y
encima
de
negra
me
ponen
morá.
¡Tracatrá!
¡Baldomero,
no
te
vayas
que
tengo
el
primero!
¡Don
Bartolo,
cómprelo
que
me
queda
uno
solo!
Y
de
pronto,
entre
el
venga
y
voy,
de
esta
tremolina,
esta
pata
que
dice
aquí
estoy
y
me
quedo
como
una
gallina
temblando
y
temblando,
yo
me
jago
tres
cruces
volando
a
ver
si
se
pasa
esta
especie
de
mal
de
San
Vito,
porque
tiene
muchísima
guasa
el
ir
renqueando,
de
aquí
hasta
mi
casa,
así
a
pie
cojito,
así
a
pie
cojito,
así
a
pie
cojito.
Y
una
dama
con
cara
de
rica
se
me
acerca:
¿será
algún
calambre?
– No
señora,
que
ha
sido
de
hambre,
que
no
como
desde
que
era
chica.
Y
otra
vez
a
liar
el
carrete,
a
seguír
pregonando
lo
mío:
llevo
un
veintitrés
mil
diecisiete
y
un
trescientos
que
quita
el
sentío.
Y
me
trinco
a
un
cateto
del
braso:
Llévalo
que
es
un
treinta
y
dos
míl,
pero
el
tío
que
se
pone
pelmaso
se
arranca
pá
mí,
y
le
tengo
que
dar
un
guantazo
que
le
pongo
los
dientes
aquí.
(señalando
la
coronilla)
Y
me
voy
de
Chicote
a
la
Elipa
sin
que
venda
siquiera
un
botón,
y
a
todo
esto
me
suenan
las
tripas
lo
mismito
que
un
acordeón.
Por
las
telas
de
mi
pensamiento
pasan
pollos,
conejos,
chuletas,
bisté
con
pimiento,
sardina,
croqueta,
buñuelos
de
viento,
y
perdices
a
la
vinagreta.
¡Omaita,
que
me
pongo
la
más
de
malita!
Que
tengo
un
desmayo
que
no
se
me
quita
y
no
veo
más
que
platos
de
callos
y
sartenes
con
patatas
fritas.
Catalina
Fernández
Seisgallo,
de
galipa
perdió
la
razón.
y
en
vez
de
pregón,
ahora
digo
como
un
papagayo:
¡Sarchichón!
¡Sarchichón!
¡Sarchichón!
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