paroles de chanson 9 - 96
Un
lunes
se
marchó,
quizá
para
nunca
volver,
Pero
dejó
su
corazón
a
su
amor
más
fiel.
No
llamó,
durante
meses
ni
escribió.
La
mujer
comprendió
su
soldado
cayó.
Y
entre
llantos
suplicaba
a
su
Señor:
"No
lo
lleves,
por
favor".
Pero
a
sus
plegarias
nadie
contestó.
Y
la
vida
se
quitó.
Lágrimas
de
dolor
sobre
un
rostro
sin
voz.
La
batalla
apagó
su
corazón.
Esa
estúpida
guerra
cruel
que
te
arranca
la
piel,
Su
veneno
atacó,
supo
vencer.
Nadie
le
recibió
el
triste
día
que
volvió.
A
su
esposa
llamó,
el
silencio
habló.
"Cariño,
¿dónde
estás?
Ya
no
me
iré
nunca
jamás".
Sobre
un
viejo
sillón
la
encontró
sin
color.
Y
entre
llantos
maldecía
a
su
Señor:
"¿Por
qué
ella
y
no
yo?".
Y
besándola
en
las
manos
la
nombró,
Antes
de
decir
adiós.
Lágrimas
de
dolor
sobre
un
rostro
sin
voz.
La
batalla
apagó
su
corazón.
Esa
estúpida
guerra
cruel
que
te
arranca
la
piel,
Su
veneno
atacó,
supo
vencer.
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