paroles de chanson La Gata en el Tejado - Dante
Hiciste
que
ocho
calles
se
uniesen
de
forma
extraña
Hiciste
que
al
mirarte,
pensase
en
las
musarañas
Hiciste
que
la
luna
se
muriese
cuando
brillas
Y
la
hiciste
renacer
tras
matarme
de
cosquillas
Me
hiciste
dibujar
tu
nombre
en
el
cristal
que
empañas
Me
hiciste
ver
mi
cuerpo
bello
si
el
cuello
me
arañas
Hiciste
que
mi
voz
caminase
de
puntillas
Por
los
huecos
que
dejabas
en
tus
medias
de
rejilla
Me
hiciste
confiar
en
mí,
borrar
lo
que
me
daña
Me
hiciste
amarte
a
ti,
en
lo
más
profundo,
en
mis
entrañas
Me
proclamaste
Dios,
encontrándome
hecho
astillas
Y
hoy
es
ese
mismo
Dios,
el
que
te
reza
de
rodillas
Y
amo
el
dulce
de
tus
labios
en
mis
noches
más
amargas
Y
un
mensaje
a
medianoche,
cada
noche
que
me
importas
Y
es
verdad,
te
miro
el
culo
cada
vez
que
te
me
largas
Porque
quiero
ver
tus
piernas
largas
en
distancias
cortas
Ella
es
Musa,
es
la
inspiración
Cuando
pisa
suena
el
eco
del
disparo
de
un
cañón
Porque
sabe
a
ciencia
cierta
que
ha
venido
a
dejar
huella
Es
la
gata
del
tejado
a
la
que
envidian
las
estrellas
Cuando
la
miro
tengo
claro
que
era
ella
Porque
ella
vino
al
mundo
y
puso
todo
del
revés.
Dejó
a
Chichen-Itza
temblando
bajo
sus
pies
El
Taj
Mahal
entero
envidió
el
tono
de
su
piel
Y
en
mitad
de
sus
talones,
se
estancó
la
torre
Eiffel
Ya
quisiera
el
Coliseo
que
Roma
fuese
su
espalda
Y
hasta
el
Cristo
Redentor
la
llama
Diosa
si
hace
falta
Esa
gata
que
maullaba
en
mi
tejado
sola
al
cielo
Cogió
las
Maravillas,
y
las
dejó
al
ras
del
suelo
No
sé
explicar
como
me
siento
si
me
mira
Ni
esas
ganas
de
besar
el
suelo
por
el
que
camina
Ella
es
el
motivo
de
mi
fuerza
en
días
flojos
Y
yo
que
odiaba
el
café,
hasta
que
probé
tus
ojos
La
chica
de
los
labios
rojos,
en
las
tardes
frías
La
sonrisa
de
las
12,
que
hizo
renacer
la
mía
La
niña
que
sabía
que
en
su
mano
me
tenía
Y
prefería
darle
vida
a
todo,
y
manterme
en
línea
Y
esa
línea
tan
delgada
entre
el
cariño
y
la
necesidad
La
cruzó
como
ella
quiso,
pidió
paso
sin
piedad
Y
aquella
niña
que
emanaba
timidez
La
perdió
a
base
de
besos,
y
nunca
la
volvió
a
ver
Se
volvió
aquella
mujer
a
la
que
el
mundo
envidiaría
La
que
puede
cambiar
todo
en
el
momento
que
sonría
La
que
puede
hacer
que
todo
arda,
y
a
la
vez
enfría
La
que
enseña
mil
lecciones,
y
a
la
vez
te
desvaría
La
mujer
a
la
que
haría
un
monumento
si
pudiese
Pero
no
sé
hacer
un
monumento
de
otro
que
existiese
Por
lo
tanto
me
retracto
ya
con
lo
que
necesito
Y
dejo
en
constancia
su
leyenda
por
escrito
Su
cuerpo
sigue
siendo
el
templo
que
me
lleva
lejos
Y
por
eso
ahora
rebato
la
teoría
del
Principito
No
es
verdad
que
lo
esencial
es
invisible
a
los
ojos
Porque
yo
veo
cada
día
a
la
mujer
que
necesito
Es
la
gata
del
tejado
a
la
que
sé
que
necesito
Porque
ella
vino
al
mundo
y
puso
todo
del
revés
Dejó
a
Chichen-Itza
temblando
bajo
sus
pies
El
Taj
Mahal
entero
envidió
el
tono
de
su
piel
Y
en
mitad
de
sus
talones,
se
estancó
la
torre
Eiffel
Ya
quisiera
el
Coliseo
que
Roma
fuese
su
espalda
Y
hasta
el
Cristo
Redentor
la
llama
Diosa
si
hace
falta
Esa
gata
que
maullaba
en
mi
tejado
sola
al
cielo
Cogió
las
Maravillas,
y
las
dejó
al
ras
del
suelo
Porque
ella
vino
al
mundo
y
puso
todo
del
revés
Dejó
a
Chichen-Itza
temblando
bajo
sus
pies
El
Taj
Mahal
entero
envidió
el
tono
de
su
piel
Y
en
mitad
de
sus
talones,
se
estancó
la
torre
Eiffel
Ya
quisiera
el
Coliseo
que
Roma
fuese
su
espalda
Y
hasta
el
Cristo
Redentor
la
llama
Diosa
si
hace
falta
Esa
gata
que
maullaba
en
mi
tejado
sola
al
cielo
Cogió
las
Maravillas,
y
las
dejó
al
ras
del
suelo
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