paroles de chanson El Duelo del Mayoral - El Indio Duarte

¿Que cómo fue, señora?
Como son las cosas cuando son del alma
Ella era muy linda
Y yo la quería y ella me adoraba

Pero él
Pero él, echó sombras, se me interponía
Y todas los días junto a su ventana
Manojo de rosas fragantes había
Y rojos claveles y dalias de nácar

Y cuando las sombras cubrían las cosas
Y en el ancho cielo, la luna brillaba
De entre las palmeras, brotaba su canto
Y como una flecha llegaba a su casa

¡Cómo la quería!
¡Cómo la quería!
¡Cómo le cantaba sus ansias de amores!
¡Y cómo vibraba con él su guitarra!

Y yo tras las sombras, con rabia le oía
Y entre canto y canto, señora
Brotaba una lágrima

Lágrima de hombre, no crea otra cosa
Que los hombres lloran como las mujeres
Porque tienen débil, como ellas, el alma

No pude evitarlo, la envidia es muy negra
Y las penas de amor son muy malas
Y cuando la sangre se enrabia en las venas
No hay quien pueda, señora, calmarla

Y una noche oscura
Lo que hacen los celos
Lo esperé junto a la cañada
Retumbaba el trueno, llovía
Y el río, igual que mis venas, bajaba

Al fin
Lo vi entre las sombras, venía cantando
Venía cantando su loca esperanza
En el cinto, colga'o el machete
Y bajo el brazo, su alegre guitarra

Llegó junto a mí, tranquilo, sereno
Me clavó en los ojos su fría mirada
Y me dijo: "¿me esperas?" Le dije: "te espero"
Y no hablamos más ni una sola palabra
Porque los hombres machos, pelean, no hablan

¡Como la quería!
¡Cómo! ¡Cómo la quería!
El machete me dijo su amor y sus ansias
Brillaban sus ojos, roncaba su pecho
Y entre golpe y golpe ponía su alma

Fue lucha de toros
Eso, bien lo sabe la vieja cañada
Pero más que el amor y el ensueño
Pudieron la envidia y la rabia y al fin
Al fin mi machete lo dejó tendido, junto a su guitarra

No se asuste señora
Son cosas pasadas
Todavía en el suelo me dijo

Quiérela
Quiérela que es buena
Quiérela que es santa
Quiérela
Quiérala como yo la he querido
Que aún muriendo, la llevo en el alma

Y tuve celos
Y tuve celos, señora, de aquel que muriendo la amaba
Y la sangre cegó mis pupilas
Y le hundí el machete en el pecho con odio y con rabia

Buscándole el alma
Buscándole el alma, porque en el alma se llevaba a mi hembra
Y yo no quería, señora
Yo no quería que me la llevaran