paroles de chanson Tu Susurro - Ismael Serrano
La
vida
era
un
simulacro
de
lo
real
Hasta
que
el
viento
trajo
tu
voz
a
mi
habitación.
Inesperada
como
tormenta
en
tiempo
estival,
Como
el
olor
a
tierra
mojada,
llegó
tu
voz.
Entró
un
susurro
por
la
ventana
Que
estaba
abierta
de
par
en
par.
Eran
días
calurosos,
Tú
gemías,
yo
tan
solo.
Tu
suspiro
traspasaba
la
pared.
Quedé
inmóvil,
hechizado,
Creí
haberme
enamorado.
No
te
vi
yo,
sólo
te
escuché.
Tu
susurro
atronador
inundó
mi
casa
Y
me
olvidé
de
todo,
Yo
sólo
te
escuchaba.
Me
diste
la
vuelta
a
la
cabeza
como
a
un
calcetín.
Petrificado,
te
imaginé.
Tu
voz
febril
Recorrió
todos
los
muebles
de
la
cocina,
Hizo
temblar
la
ropa
tendida,
Y
sobre
mi
frente
se
fue
a
posar.
Aquel
rumor
sonaba
a
viejo
abracadabra
Y
removió
las
pelusas
bajo
la
cama.
Abrió
mis
libros,
los
cajones,
mi
corazón.
Mientras
ella
amaba
todo
se
paró.
Y
en
la
calle
volaron
todas
las
palomas,
Se
desvanecieron
las
sombras,
Se
detuvo
toda
la
ciudad.
Así
pasaron
lentos
los
días
de
aquel
verano.
Pasaba
el
tiempo
esperando
volver
a
oír
tu
voz.
No
salía
de
casa
por
si
llegaba
tu
canto.
Y
entre
gemidos
cristalizó
nuestra
relación.
Imaginaba
como
serías
Mientras
yo
te
escuchaba
temblar.
Sólo
sé
que
yo
te
amaba,
Que
tus
jadeos
me
hablaban.
Te
convertiste
en
mi
obsesión.
No
importaba
aquel
que
hiciera
Estremecer
tus
caderas,
Yo
sabía
que
yo
era
tu
amor.
Tu
susurro
atronador
inundó
mi
casa,
Y
me
olvidé
de
todo,
Yo
sólo
te
escuchaba.
Me
diste
la
vuelta
a
la
cabeza
como
a
un
calcetín.
Petrificado,
te
imaginé.
Tu
voz
febril
Recorrió
todos
los
muebles
de
la
cocina,
Hizo
temblar
la
ropa
tendida,
Y
sobre
mi
frente
se
fue
a
posar.
Aquel
rumor
sonaba
a
viejo
abracadabra
Y
removió
las
pelusas
bajo
la
cama.
Abrió
mis
libros,
los
cajones,
mi
corazón.
Mientras
ella
amaba
todo
se
paró.
Y
en
la
calle
volaron
todas
las
palomas,
Se
desvanecieron
las
sombras,
Se
detuvo
toda
la
ciudad.
Y
de
repente
sin
previo
aviso
no
vino
más
A
visitarme
de
cuando
en
cuando
aquella
voz.
Perdido
y
solo
ahora
que
haré
yo
sin
mi
solaz
En
esta
celda
sin
ave
que
me
cante
al
albor.
Pasaron
los
días
y
mi
ventana
abierta
sigue
de
par
en
par.
Llueva,
nieve
o
truene
yo
te
esperaré
siempre.
Sé
que
tus
susurros
han
de
regresar.
A
veces
afino,
en
el
silencio,
mis
oídos
Y
creo
escucharte
sobre
el
murmullo
de
la
ciudad.
Tu
susurro
atronador
inundó
mi
casa,
Y
me
olvidé
de
todo,
Yo
sólo
te
escuchaba.
Me
diste
la
vuelta
a
la
cabeza
como
a
un
calcetín.
Petrificado,
te
imaginé.
Tu
voz
febril
Recorrió
todos
los
muebles
de
la
cocina,
Hizo
temblar
la
ropa
tendida,
Y
sobre
mi
frente
se
fue
a
posar.
Aquel
rumor
sonaba
a
viejo
abracadabra
Y
removió
las
pelusas
bajo
la
cama.
Abrió
mis
libros,
los
cajones,
mi
corazón.
Mientras
ella
amaba
todo
se
paró.
Y
en
la
calle
volaron
todas
las
palomas,
Se
desvanecieron
las
sombras,
Se
detuvo
toda
la
ciudad.
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