paroles de chanson Un Poco de Humo Nomás - José Larralde
Tengo
que
dejarte
amigo,
Después
de
tantas
distancias
que
hemos
recorrido,
Yo
con
mi
alma
y
vos
con
tu
alma.
No
puedo
creer
que
este
asunto
un
día
nos
llegara;
Cuarenta
y
pico
de
octubres
pasaron
como
si
nada.
Te
conocí
cuando
a
penas
si
me
lavaba
la
cara,
Diez
años...
doce
a
lo
sumo.
Poca
razón,
muchas
ganas.
Recuerdo
iba
de
a
caballo
un
tordillo,
clinas
largas,
Que
Don
Segundo
Larralde
le
había
comprado
a
una
vasca;
Después
pasó
algún
tiempo,
se
cargó
a
la
china
en
ancas
Y
tuvieron
un
muchacho,
varón,
de
pocas
palabras,
Primo
y
hermano
a
la
vez
de
quien
te
dice
esta
carta.
Te
llevaba
en
el
bolsillo
de
una
blusa
ratonada
Hecha
de
bolsa
de
harina
5 ceros
bien
lavada
Que
me
costureó
la
vieja
a
mano
y
bien
reforzada;
Te
saqué
como
quién
saca
un
pájaro
de
una
jaula.
Despacito
y
con
cuidado...
y
el
corazón
galopiaba...
Yo
sabía
que
estaba
mal
y
que
estaba
haciendo
trampa,
Pero
quería
sentirte...
y
el
corazón
galopiaba.
Recuerdo
en
aquella
siesta
que
debajo
de
una
rama
Sin
bajarme
del
caballo
te
eché
la
primer
pitada...
No
se
si
llegue
a
las
dos.
Habría
sido
fuerte
el
Tata,
Se
mandaba
cuatro
atados
y
ni
tosía
ni
nada.
Brasil,
la
hija
del
toro
José
León,
se
llamaba
Aquel
hermanito
tuyo
que
me
quemó
las
entrañas.
Después
me
quedé
algún
tiempo,
solamente
con
las
ganas
Porque
plata
no
tenía
y
calodiar
me
asustaba.
A
veces
lo
veía
al
viejo
"grapa
fuerte
y
bocanada",
Pasó
su
vida
pitando
y
se
fue
de
una
pitada.
"Pobre
vasco"
dijo
alguno,
mientras
la
vieja
rezaba.
Cosas
que
tiene
la
vida...
total
si
ni
casi
nada,!
un
poco
de
humo
nomás!,
me
dije...
mientras
pitaba.
No
puedo
creer
que
este
asunto
un
día
nos
llegara:
Tener
que
dejarte
hermano,
después
de
tantas
distancias.
Me
conchavé
de
aguatero
y
fue
mi
primer
jornal;
Si
bien
la
pasaba
mal
por
aguantar
ser
mandado,
Compré
mi
primer
atado
de
la
marca
"Cardenal".
Más
chucaro
que
un
bagual
fui
juntando
años
tras
años
Y
aunque
nunca
hice
el
estaño
porque
no
fui
tomador,
Me
acontecí
fumador
de
rubio,
negro
o
castaño.
En
noches
donde
el
tamaño
de
la
soledad
es
brava,
Cuando
ya
todo
se
acaba
y
uno
se
cree
que
ha
terminado,
Siempre
estuviste
a
mi
lado
igual
que
el
mate
y
la
pava.
Y
cuando
me
iba
al
boliche
y
no
alcanzaba
la
plata,
En
vez
de
alzar
alpargatas,
yerba
o
algún
otro
lujo;
Me
sometí
al
embrujo
de
un
tabaco
negro
en
lata.
Con
papel
de
arroz
"El
Sol",
solía
armar
el
caporal;
Tirante
como
un
pegual
solía
quedarme
el
gargüero;
Era
fuertón
y
fulero
y
de
alquitrán...
sin
igual.
Ninguno
tomará
a
mal
si
le
hablo
a
aquel
cigarrillo
tan
Pobretón
y
sencillo,
Compañero
en
todo
trance,
aunque
sienta
que
me
avanza
la
Espalda
con
su
cuchillo.
A
veces
siento
que
un
grillo
suele
salirle
al
respiro.
Prendo
y
al
rato
lo
tiro
o
su
cerrazón
me
acogota
Y
hay
un
algo
que
rebota
en
el
fondo
de
un
suspiro.
Pero
con
él,
cuando
aspiro
el
ñudo
de
una
pena,
Siento
que
se
hace
más
buena,
siento
que
me
duele
menos.
Me
dice
que
es
un
veneno,
je!
yo
se
bien
lo
que
envenena...
Pero
a
pesar
de
quererte,
tan
hondo
como
te
quiero,
Hay
rumores
que
el
pampero
trae
malas
nuevas
por
viejas,
Dice
el
doctor
que
las
rejas
tienen
menos
prisioneros...
Se
amontonan
aguaceros
en
los
charcos
de
la
vida,
Se
amontonan
las
heridas
adentro
del
corazón,
Pero
dice
la
razón
que
hay
humo
de
horas
perdidas.
Como
ves,
no
me
resigno
tan
fácil
a
abandonarte,
Yo
que
anduve
en
cualquier
parte,
ganando
y
perdiendo
todo,
Como
ves,
no
encuentro
el
modo
de
abrirme
sin
traicionarte.
Se
que
no
podré
olvidarte
y
se
que
habrá
mucha
gente,
Que
dirá
que
no
es
prudente,
que
rayo
en
la
apología,
Je!,
si
fuera
dios,
podría
decenciar
al
indecente,
Pero
soy
hombre
y
pariente
del
resto
de
la
jauría.
Tengo
que
dejarte,
amigo,
después
de
tantas
distancias,
Cuarenta
y
pico
de
octubres
pasaron
como
si
nada.
Attention! N'hésitez pas à laisser des commentaires.