paroles de chanson El Cielo - Acústico - LosPetitFellas

A la mujer más bella le regalo mi corazón,
Porque sin ella no valdría nada en esta situación,
Si hay tristeza sus palabras me llenan de ilusión,
Yo le regalo el cielo en seda y son.
A la mujer más bella solo vida deseo dar,
Su sonrisa llena de esperanza todo el lugar,
Como un cuento canto y tanto hasta el llanto en mi pesar,
Su luz mi dolor me hará olvidar
A la mujer más bella, y a su sonrisa bella,
Que han convertido mi pena en pasado a tu lado hoy es vacilón.
Si hay un espacio en el cielo quiero que estes conmigo,
No mentiré al decirte que vuelvo por ti, una vez y otra vez,
¡Ay no! Me enseñas a adorar mis sueños,
Desde la tarde aquella en que te conocí ¡ay mujer bendita!
Mujer esto es el cielo contigo,
Y si es pecado amarte así voy a morir, ay Dios,
Me enseñas a adorar mis sueños,
Desde la tarde aquella en que te conocí.
Tendido en el cielo sin alas con el sol en mis pies,
Todo suspendido todo ido en tu desnudez, yo,
Mudo mientras decides despertar otra vez,
En esta que sin ti es solo una cama para mi ronques mujer,
El cielo en sédalo,
Que no suceda comida y bebida cuéntales donde te hospedas.
Demasiado especial para haber sido solo greda,
Con cara de que no es mi culpa hacer que vuelva y llueva.
Pon algo que dormir, quita las alarmas,
Si las vas a poner que sea para bailar más,
Guárdame un secreto entregue las armas,
Y vine a este lugar por que es acá en donde reencarnas,
Si debo bajar es que un pendiente en el mar y otro par de,
Planeo pasar y cobrar de una vez un dinero que van a pagarme,
No creo que tarde na, si quieres no tardes,
Ambos sabemos que acá, amas poder despertarte.
A la mujer más bella, y a su sonrisa bella,
Sus ojos, sus marcas, su alma y su gracia al caminar mujer.
Si hay un espacio en el cielo quiero que estes conmigo,
No mentiré al decirte que vuelvo por ti, una vez y otra vez,
¡Ay no! Me enseñas a adorar mis sueños,
Desde la tarde aquella en que te conocí ay mujer bendita
Mujer esto es el cielo contigo,
Y si es pecado amarte así voy a morir, ay dios,
Me enseñas a adorar mis sueños,
Desde la tarde aquella en que te conocí.