Текст песни la hostia de dios - Zahara
                                                Mientras 
                                                me 
                                                secaba 
                                                la 
                                                última 
                                                lágrima
 
                                    
                                
                                                Con 
                                                la 
                                                camiseta 
                                                que 
                                                llevaba 
                                                puesta 
                                                desde 
                                                ayer
 
                                    
                                
                                                Pensaba 
                                                que 
                                                estaba 
                                                cansada
 
                                    
                                
                                                Que 
                                                todo 
                                                lo 
                                                aprendido 
                                                no 
                                                era 
                                                para 
                                                mí
 
                                    
                                
                                                Por 
                                                más 
                                                que 
                                                lo 
                                                intentaba, 
                                                nunca 
                                                lo 
                                                lograba
 
                                    
                                
                                                Los 
                                                viejos 
                                                mecanismos 
                                                siempre 
                                                están 
                                                ahí
 
                                    
                                
                                                No 
                                                importarán 
                                                la 
                                                fama, 
                                                el 
                                                poder
 
                                    
                                
                                                Ni 
                                                tu 
                                                ciudad, 
                                                la 
                                                edad 
                                                    o 
                                                la 
                                                fe
 
                                    
                                
                                                No 
                                                importarán 
                                                la 
                                                fama, 
                                                el 
                                                poder
 
                                    
                                
                                                Ni 
                                                tu 
                                                ciudad, 
                                                la 
                                                edad 
                                                    o 
                                                la 
                                                fe
 
                                    
                                
                                                Siento 
                                                que 
                                                se 
                                                han 
                                                acostumbrado 
                                                    a 
                                                escuchar 
                                                nuestra 
                                                historia
 
                                    
                                
                                                Ya 
                                                no 
                                                les 
                                                importa, 
                                                no 
                                                tiene 
                                                ningún 
                                                valor
 
                                    
                                
                                                Seguimos 
                                                rezando, 
                                                pidiendo 
                                                ayuda 
                                                    y 
                                                nadie 
                                                mira 
                                                    a 
                                                su 
                                                alrededor
 
                                    
                                
                                                Ahora 
                                                lloramos 
                                                    a 
                                                solas
 
                                    
                                
                                                Cuando 
                                                la 
                                                hostia 
                                                que 
                                                recibimos 
                                                no 
                                                es 
                                                el 
                                                cuerpo 
                                                de 
                                                Dios
 
                                    
                                
                                                No 
                                                importarán 
                                                la 
                                                fama, 
                                                el 
                                                poder
 
                                    
                                
                                                Ni 
                                                tu 
                                                ciudad, 
                                                la 
                                                edad 
                                                    o 
                                                la 
                                                fe
 
                                    
                                
                                                No 
                                                importarán 
                                                la 
                                                fama, 
                                                el 
                                                poder
 
                                    
                                
                                                Ni 
                                                tu 
                                                ciudad, 
                                                la 
                                                edad 
                                                    o 
                                                la 
                                                fe
 
                                    
                                
                                                El 
                                                crujir 
                                                de 
                                                una 
                                                mejilla
 
                                    
                                
                                                Siempre 
                                                duele 
                                                igual
 
                                    
                                
                                                Al 
                                                partirse 
                                                tus 
                                                caderas
 
                                    
                                
                                                Siempre 
                                                duele 
                                                igual
 
                                    
                                
                            Внимание! Не стесняйтесь оставлять отзывы.