Lyrics Fabula Para Gardel - Amelita Baltar
Ayer
me
preguntaste,
hijito
mío,
Por
primera
vez,
Quién
es
Ese
Gardel,
ese
fantasma
Tan
arisco,
Empecinado
Con
seguir
guardado
En
la
cueva
con
asma
De
su
disco
Polvoriento.
Lo
que
yo
sé,
Te
lo
cuento:
Algunas
veces,
Cuando
te
has
dormido,
Las
noches
en
que
hay
pena
Llena,
Se
aparece
Ese
escondido
Duende,
medio
juglar
Y
medio
loco,
Para
matear
Con
tu
padre
y
conversar
Un
poco.
Ah,
si
lo
pudieras
Ver
Con
su
sencilla
elegancia
fantasmera,
A
saber:
En
una
chalina
ligera
De
plumas
de
torcaza
sola
Sus
hombros
arrebuja.
El
traje
es
de
Cuerdas
de
guitarras
españolas
Que
Alguna
bruja
ñata
Y
hippie
le
ha
tejido.
La
corbata
Es
de
claveles
Encendidos,
Para
abrigar
los
Cascabeles
De
su
voz.
Y
dos
Zapatos,
muy
de
peregrino,
Que
no
son
zapatos,
sino
Que
son
caminos.
¿Qué
en
dónde
nació?
Hijo
mío,
¡qué
se
yo!
De
acuerdo
a
lo
que
el
mismo
me
ha
contado,
Parece
que
nació
trepado
A
una
veleta
Niña
Que
apuntaba
al
Sur;
Y
que
un
poeta
Y
un
gallito
de
riña
Y
un
augur
Le
enseñaron
a
vivir
Y
a
sonreír.
Será
por
eso
Que
salió
un
poco
travieso
¿Viste?
Como
vos
Y,
como
yo,
Un
cachito
triste.
Su
sonrisa,
Hijo,
es
una
Pícara
y
honda
y
rara
Raya
de
tiza
Iluminada
con
luz
de
la
otra
cara
De
la
luna.
Y
canta,
canta,
Canta
con
su
voz
de
siete
gritos,
Pero
canta,
siempre,
con
ese
humilde
modo
De
quien
tiene,
por
sabio,
en
la
garganta,
Dos
ojitos
Que
han
visto,
ya,
del
hombre,
todo,
todo.
Su
canto,
te
diría
Que
parece
Un
claro
Aljibe
En
donde
crecen
Los
tangos
pibes
Que
no
se
cantaron,
Todavía;
Y,
también,
aquellos
tangos
que
ya
fueron,
Esos
que
escriben,
En
el
paragolpes
de
su
camión,
Los
camioneros
Del
Cerro
y
de
Constitución.
Después,
El
alba
ya,
A
las
cinco
en
punto,
Se
me
va.
Se
va.
Y,
tal
vez,
En
su
forma
melancólica
de
irse,
Se
adivina,
un
cacho,
Que
ese
duende,
Tan
muchacho,
Entiende
Mucho
de
un
asunto
Muy
sumamente
serio,
que
es
morirse.
Ayer
me
preguntaste,
hijito
mío,
Por
primera
vez,
Quién
es
Ese
Carlitos,
ese
fantasma
Tan
arisco,
Empecinado
Con
seguir
guardado
En
la
cueva
con
asma
De
su
disco.
Y
entonces
te
conté
Cuanto
sabía-
Mas
hoy,
mirándote,
Pensándote,
Besándote,
Sé
un
poco
más.
Y
es
que
el
hijo
Del
hijo
De
tu
hijo,
un
día,
Un
día
de
Junio
soleado,
Frío
y
seco
Que
vendrá,
Lo
mismo
que
vos
Preguntará
Por
él.
Y
una
caliente
Zafra
de
ecos,
Ecos
de
la
voz
de
nuestra
gente,
Ecos
de
tu
voz
Chiquito,
y
de
la
mía,
Inexorablemente,
Gardel,
Gardel,
Gardel.
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