Текст песни Bebiéndome la Dulce Primavera - Miguel Poveda
                                                Bebiéndome 
                                                la 
                                                dulce 
                                                primavera
 
                                    
                                
                                                Me 
                                                sorprendió 
                                                la 
                                                tarde 
                                                junto 
                                                al 
                                                río
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                pude 
                                                contemplar 
                                                    a 
                                                mi 
                                                albedrío
 
                                    
                                
                                                El 
                                                idilio 
                                                del 
                                                agua 
                                                    y 
                                                la 
                                                palmera.
 
                                    
                                
                                                Me 
                                                zambullí 
                                                desnudo 
                                                en 
                                                la 
                                                pecera
 
                                    
                                
                                                Buscando 
                                                un 
                                                corazón 
                                                igual 
                                                que 
                                                el 
                                                mío,
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                no 
                                                encontré 
                                                ni 
                                                un 
                                                faro 
                                                ni 
                                                un 
                                                navío
 
                                    
                                
                                                Que 
                                                me 
                                                hiciera 
                                                señales 
                                                de 
                                                bandera.
 
                                    
                                
                                                La 
                                                noche 
                                                iba 
                                                saltando 
                                                por 
                                                la 
                                                orilla
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                puso 
                                                en 
                                                mi 
                                                cabeza 
                                                despeinada
 
                                    
                                
                                                El 
                                                filo 
                                                verde-azul 
                                                de 
                                                su 
                                                cuchilla.
 
                                    
                                
                                                Mas 
                                                cuando 
                                                ya 
                                                se 
                                                ahogaba 
                                                mi 
                                                fortuna,
 
                                    
                                
                                                Quiso 
                                                el 
                                                viento 
                                                mandarle 
                                                    a 
                                                mi 
                                                jugada
 
                                    
                                
                                                El 
                                                blanco 
                                                salvavidas 
                                                de 
                                                la 
                                                luna, 
                                                de 
                                                la 
                                                luna, 
                                                de 
                                                la 
                                                luna.
 
                                    
                                
                                                Bebiéndome 
                                                la 
                                                dulce 
                                                primavera
 
                                    
                                
                                                Me 
                                                sorprendió 
                                                la 
                                                tarde 
                                                junto 
                                                al 
                                                río
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                pude 
                                                contemplar 
                                                    a 
                                                mi 
                                                albedrío
 
                                    
                                
                                                El 
                                                idilio 
                                                del 
                                                agua 
                                                    y 
                                                la 
                                                palmera.
 
                                    
                                
                                                La 
                                                noche 
                                                iba 
                                                saltando 
                                                por 
                                                la 
                                                orilla
 
                                    
                                
                                                    Y 
                                                puso 
                                                en 
                                                mi 
                                                cabeza 
                                                despeinada
 
                                    
                                
                                                El 
                                                filo 
                                                verde-azul 
                                                de 
                                                su 
                                                cuchilla.
 
                                    
                                
                                                Mas 
                                                cuando 
                                                ya 
                                                se 
                                                ahogaba 
                                                mi 
                                                fortuna,
 
                                    
                                
                                                Quiso 
                                                el 
                                                viento 
                                                mandarle 
                                                    a 
                                                mi 
                                                jugada
 
                                    
                                
                                                El 
                                                blanco 
                                                salvavidas 
                                                de 
                                                la 
                                                luna, 
                                                de 
                                                la 
                                                luna, 
                                                de 
                                                la 
                                                luna.
 
                                    
                                
                            1 Para la Libertad
2 Desmayarse, Atreverse
3 Guerra A La Guerra Por La Guerra
4 Romance de la Dulce Queja
5 Enrique y Granada
6 Hielo Abrasador
7 La Lluvia
8 Amor Mío Si Muero y Tú No Mueres
9 Abril Se Ha Equivocado
10 Donde Pongo La Vida, Pongo El Fuego
11 Donde Pongo la Vida, Pongo el Fuego
12 El Poeta Pide a Su Amor Que Le Escriba
13 Querido Guerra
14 Soneto del Ángel Deseado
15 Bebiéndome la Dulce Primavera
16 No Volveré a Ser Joven
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